Querido Elias,
Cuando comenzamos a ascender a traves de la larga escalera
que conduce al jardin colgante de las esculturas, tu
comenzaste a contarme de nuevo un pasaje de El Juego
de Ojos. Soplaba un fuerte viento y yo te entedi tan mal
como el murmullo de los angeles.
Afectos desde el corazon,
R
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