

Querido Enrique,
Después de mi encantador paseo en bote por el lago,
he venido a ver el edificio que me dejó tan pensativo
e inmóvil entonces (como le pasaba a Kafka). He tenido
que desplazarme todo alrededor del complejo para
abarcarlo bien, como si estuviese rodando una película.
Aun así la sensación de serenidad y armonía que
desprende el edificio ha tranquilizado mi ánimo que
empezaba a inquietarse. Después me he serenado del
todo cuando me he cruzado con un señor muy bajito
que me ha saludado muy amablemente con una sonrisa
de felicidad al pasar. Helsinki me transporta a veces
hasta Verona...
Saludos.
R
Saludos.
R
No comments:
Post a Comment