Querido abuelo Joaquín,
Un día lluvioso de agosto de 1994 mi amiga
Sybille me llevó en su Kawasaki a visitar el
mítico observatorio astronómico dedicado a
Einstein en Potsdam. Recorrimos los 25 kilómetros
desde Berlín hasta la milenaria y hermosa ciudad de
Potsdam y al llegar empezó a llovernos fuerte.
Bajar el pequeño prado rodeado de hermosos árboles
hasta llegar al edificio bajo la lluvia fue un vivencia
personal que jamás olvidaré.
Un beso,
R
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