1363. Hilversum Sanatorium Zonnestraal
Querido Rafael,
I
Coches cerrados llegaban
a las orillas de juncos
donde las olas alisan
romano torso desnudo
coches, que el Guadalquivir
tiende en su cristal maduro,
entre láminas de flores
y resonancias de nublos.
Los niños tejen y cantan
el desengaño del mundo,
cerca de los viejos coches
perdidos en el nocturno.
Pero Córdoba no tiembla
bajo el misterio confuso
pues si la sombra levanta
la arquitectura del humo
un pie de mármol afirma
su casto fulgor enjuto.
Pétalos de lata débil
recaman los grises puros
de la brisa, desplegada
sobre los arcos de triunfo.
Y mientras el puente sopla
diez rumores de Neptuno,
vendedores de tabaco
huyen por el roto muro.
(Federico García Lorca-San Rafael)
Abrazos todos,
R
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