1210. Durango, Paseo de Ezkurdi
















Querido José Ramón:
"Querido Dios mío:
quiero dejarte esta pequeña piedra, esta pequeña piedra que no había entre todo lo que Tú hiciste; ahora esta pequeña piedra rompe tu soledad, lo único que la rompe como a un gran vidrio en el que dibujaste todos los planetas y todas las especies de chucherías que creaste en el Universo y que fueron incapaces jamás de decirte una sola palabra. Que sigan caminando todas las constelaciones y los minerales aparentemente más obstinados como hombres, y las yerbas más difíciles, que lo harán como cuando Tú los dejaste de tu mano. ¿A ti qué te importa ya eso, qué interés tiene para Ti ya todo este conocido y ciego desarrollo? Pero he aquí que yo, desde esta pequeña piedra, te entiendo, te descubro y te reconozco y te agrego y te acompaño. Ahora sí que estás contento. Desde esta pequeña piedra, yo también, Dios mío, soy feliz y estoy llorando de alegría verdadera. Pensando en Ti hago esta pequeña piedra. ¿Dónde está el río ahora, ese desesperado río que me empujaba
hacia la muerte porque podía desocuparme de Ti? Ahora que venga ese río y que mueva esta pequeña piedra, y no podrá." (Jorge Oteiza- Androcanto y sigo)

Agradecido
R

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