984. Restaurant Wildschut, Hilversum

















Tito,

Ahora que te has ido te escribo para agradecerte todo
el cariño y la dedicación que me ofrecistes cuando era
niño. Nunca podré olvidar nuestros interminables paseos
por la ciudad para que tu fotografiaras con tu sempiterna
camara Voigtländer una y otra vez los mismos monumentos que tanto admirabas mientras yo te servía de infinitamente paciente modelo. Uno de nuestros lugares favoritos incluía una ria artificial donde podiamos alquilar un bote a remos que tu pilotabas mientras me seguías hablando de tu mundo. Mi niñez estuvo pues inspirada por tus historias llenas por igual de crudo realismo y completa fantasía, que a mis ojos infantiles les parecía misteriosamente indistinguibles.

Un beso muy fuerte de tu sobrino preferido.
Abraza a los abuelos de mi parte.
R

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