Querido Doctor Pasavento,
Su amigo, el arquitecto Daniel Libeskind, que según
usted leía sus poemas de hospital ( de versos escritos
entre monjas y luces de algodón) y después los
comparaba con edificios que el había soñado, llego a
construir después (o fue antes?) este edificio, que para mi tiene mucho de melancolía y psiquiatría.
Atentamente.
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