2340. Brasil, Belo Horizonte, Praça da Liberdade.















Querida Cristina,

"El arquitecto aprovechó para dar rienda suelta a su 
imaginación; diseñó un planta en hoja de trébol, 
donde las curvas convexas y cóncavas se equilibran 
entre sí armoniosamente en una composición cuyo 
movimiento no excluye una gran pureza de líneas y 
volúmenes. ¿Se inspiró Niemeyer en el viejo 
proyecto de rascacielos de acero y cristal diseñado 
por Mies van der Rohe en 1920-1921? Es muy 
probable, ya que se notan ciertas similitudes. 
Sin embargo la adopción de una planta similar no 
implica, en ningún caso, el mismo espíritu en el
diseño. El alemán jugó con absoluta transparencia, 
lo que disolvió la masa y alivió el extraño aspecto 
de los volúmenes; fue una demostración técnica que 
no escapó a la rigidez inherente de los materiales 
propuestos. 
Por otra parte, el edificio de Niemeyer es 
extremadamente dinámico, con sus juegos de llenos 
y vacíos reforzados por la animación de los 
brise-soleils, su perfecta flexibilidad que subraya 
la audacia plástica permitida por el hormigón armado, 
la orgullosa seguridad de su belleza, fruto de un 
contorno ciertamente inesperado, pero 
cuidadosamente ordenado en una figura regular 
que no ignora del todo la simetría. 
Sin duda por esto último Niemeyer llevó sus intentos 
de libertad formal más allá de los típicos términos
a los que se refieren los edificios de muchas plantas."
(Yves Bruand)

Un abrazo,
R
 

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